Santiponce Itálica

Patrimonio

Un inmenso legado por descubrir

Ermita San José

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En el siglo XIX existieron varias ermitas en La Puebla de Cazalla. Normalmente las ermitas eran construidas en las inmediaciones de los caminos que daban acceso a las poblaciones y subsistían gracias a las limosnas que aportaban los fieles y devotos de los santos a quienes estaban dedicadas. Una gran parte de las ermitas fueron construidas por Hermandades para dar culto a sus imágenes titulares y, por lo general, se erigía a su lado un hospital.

La Ermita de San José se edificó en su actual emplazamiento a principios del siglo XVIII. Se desconoce su autoría, aunque se cree que fuera obra de alarifes locales. A mediados del mismo siglo, su patrimonio se vio incrementado con la incorporación de imágenes, retablos y ornamentos procedentes de la derruida ermita de Santa Ana (1745).

Durante el siglo XIX, la ermita realizó las funciones de Parroquia mientras se realizaban obras en la Iglesia de Nuestra Señora de las Virtudes y en el Convento de Nuestra Señora de la Candelaria. A mediados de este siglo y ante el deterioro que presentaba el inmueble, Doña Valentina Cañete, mujer acaudalada y muy devota de San José, donó una buena parte de sus bienes para la reconstrucción del templo y adquisición de los ornamentos necesarios para el culto.

De entre las muchas imágenes que alberga la ermita, únicamente tiene valor artístico un pequeño crucificado del siglo XVII (Cristo del Amor), realizado en madera policromada y que se halla frente a la puerta de entrada del edificio. Aun así, hay que destacar, en la capilla mayor, la imagen de candelero de la Virgen de la Consolación de la segunda mitad del siglo XVIII y la imagen de San Francisco de Paula, del siglo XIX.

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