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Sevilla enamora

La iglesia de Santiago se encuentra en pleno centro de la ciudad, a pocos metros del recinto fortificado y de la iglesia de Santa María del Águila.

De estilo barroco. Construida en dos etapas: en el siglo XVII la cabecera y el crucero, y en el XVIII las tres naves. Conserva un retablo con lienzos e imágenes del siglo XVIII. Entre ellas, destaca la imagen de Jesús Nazareno, la de Ntra. Sra. de la Esperanza, la de Ntra. Sra. de la Mediación, la del Cristo yacente y la de María Santísima de los Dolores Coronada.

De origen incierto, la ermita de Santa Ana aglutina las devociones del barrio de la Coracha. De la documentación se desprende que debió construirse en la segunda mitad del siglo XVIII, añadiéndosele la portada en 1840. 

La Compañía de Jesús llegó a Utrera fundando un convento con escuela, en cuyo solar se levanta hoy el colegio Rodrigo Caro. De aquel convento se conserva hoy esta iglesia, llamada de San Francisco el Nuevo, además de otras dependencias como sacristía y sala de juntas.

Conocida popularmente como la capilla de Jesús de Nazareno, formó parte del convento dominico de San Bartolomé, erigido a expensas de Bartolomé López de Marchena, que en 1542 ordenó su fundación y se destinó al cuidado y fortalecimiento del cuerpo y del espíritu. La capilla debió de construirse en el siglo XVII y sufrió importantes reformas en la segunda mitad del siglo XVIII. 

De arquitectura reciente (1978) el edificio se levantó en sustitución del antiguo que databa del siglo XVIII. En su interior, de sencillo trazado (una sola nave con hornacinas abiertas en los muros laterales), destaca la talla del Crucificado del siglo XVII, donada por el duque del Infantado.

Esta iglesia es una de las que presentan una torre fachada de las que hay varias en la diócesis de Sevilla. Llama la atención por su originalidad, especialmente por el fuerte contraste entre la blancura de sus paredes y los motivos decorativos en piedra y de ladrillos de la portada y otras partes de la fachada.