Este barrio está repleto de historia, de monasterios medievales, de iglesias, de hermandades señeras y de estatuas con leyenda. El barrio de San Lorenzo ha sabido conservar su personalidad. Casas, palacios (hoy recuperados) y una convivencia natural con centros de arte y de teatro, que, poco a poco, han ido confiriendo a esta zona de la ciudad, sin quitarle su principal esencia, un carácter especial y singular.
En la conservación de este barrio ha sido esencial la permanencia de sus gentes. De padres a hijos, familias completas han conseguido pervivir en sus calles resistiéndose a abandonarlo: restaurando casas, recuperando grandes palacios, conservando, en una palabra, el pálpito de un barrio hecho a base de historia a veces anónima, pero no menos hermosa. Recorrer las calles de San Lorenzo es un ejercicio de amor a un lugar, a unos rincones donde nunca ha habitado el olvido.
Casas, palacios, conventos de clausura, monasterios, caserío del XVI al XX, conforman un espacio único en la ciudad de Sevilla. El barrio de San Lorenzo es un oasis con personalidad situado en el centro del perímetro de lo que se conoce popularmente como dentro de la muralla. San Lorenzo se organiza en torno a la plaza del mismo nombre, verdadero pulmón del barrio, junto con otras como La Gavidia, el Museo, y algunas más recoletas como San Antonio, Teresa Enríquez, que jalonan calles estrechas en donde la personalidad del caserío del XVII y del XVIII aún no se ha perdido.
Barrios de conventos, de iglesias, de imágenes señeras de la Semana Santa, conserva en sus tiendas, sus bares y sus bodegas todo el sabor de una Sevilla tradicional no exenta, sin embargo de nuevas propuestas creativas.
Custodia San Lorenzo al señor de Sevilla, Nuestro Padre Jesús del Gran Poder, y está jalonado en sus fronteras por instituciones tan insignes, como el Museo de Bellas Artes, segunda pinacoteca nacional, y por el otro flanco, por el Convento de San Clemente, un monasterio cisterciense cuya fundación se remonta a Fernando III el Santo.
Entre sus calles vivieron y crecieron personajes como Gustavo Adolfo Bécquer, el Cardenal Spínola, el Conde de Barajas; músicos como Manuel Font de Anta y Gómez Zarzuela, ambos autores de las más famosas marchas de la Semana Santa; profesores de baile como Realito y Otero; pintores como Valeriano Bécquer, imagineros como Ortega Bru y Francisco Buiza, y artesanas de prestigio como la bordadora Esperanza. Elena Caro.
Hoy los creadores también continúan poblando este barrio. Artistas contemporáneos como Manuel Salinas, Atín Aya, Cochita Ybarra, Benito Moreno, Miguel García Delgado, la mezzosoprano Anne Perret, el músico y escritor Rodrigo de Zayas, el director de orquesta Juan Rodríguez Romero; escritores como Eslava Galán, el galerista Pepe Cobo.., todos ellos han recalado entre sus calles.
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