Feria

Sevilla, bella y diversa

El yacimiento consiste en un auténtico tell, palabra de origen árabe que designa a un montículo artificial producto de la acumulación de restos arqueológicos de unas civilizaciones sobre otras.

Sin duda es el más pintoresco de todos los edificios del casco antiguo. Se construyó en 1905 por la cantaora Lola la de Lucena, siendo posteriormente sus dueños la Familia Benjumea. Más tarde, pasó a ser propiedad de una congregación de religiosas y actualmente es de propiedad particular.

Sobre una colina de 300 m de cota, situada en el mismo centro del pueblo, se alzan las ruinas de un castillo medieval declarado Bien de Interés Cultural.

Situado sobre un estratégico montículo al sur de la población, la edificación más emblemática de Alanís ha sido testigo de los aconteceres de la historia del pueblo desde finales del siglo XIV, en el que se supone su construcción. Es de origen árabe y fue reestructurado en el año 1392.

El edificio donde actualmente se ubican las dependencias municipales es uno de los mejores ejemplos de casas palacios que proliferaron en la localidad a lo largo del siglo XVIII.

Esta fortaleza, cuyos orígenes se confunden con los de la propia ciudad, data de época árabe.

Aunque fue construida entre 1776 y 1836 sobre los restos del anterior edificio derruido en 1755 por el terremoto de Lisboa, en la iglesia pueden encontrarse elementos decorativos y de construcción muy anteriores que se remontan a época visigoda y a la invasión árabe.