Feria

Sevilla, bella y diversa

Esta iglesia fue edificada a finales del siglo XVIII bajo la advocación de la Inmaculada Concepción. Depende eclesiásticamente de la parroquia de la Purísima Concepción. En 1887 pasó a ser también un depósito de aguas, empleándose como baños hasta la Guerra Civil Española y sirviendo a partir de entonces como punto de abastecimiento para las fuentes de riego próximas.

A principios del siglo XVIII la Hermandad del Rosario, instalada desde su origen en la parroquia de Santa María, entró en decadencia. Salió adelante gracias al impulso del Venerable Simón el Ermitaño, muerto en 1711.

El santuario antiguo, del siglo XIV, se levantó en término de Azuaga y Don Enrique, infante de Aragón y gran maestre de la Orden de Santiago, lo cedió a Guadalcanal el 10 de abril de 1428. Hubo debates y contiendas entre ambas villas, por lo que el gran maestre nombró jueces.

Este convento de religiosas fue fundado en torno a 1612 por un hijo de la localidad afincado en Potosí (América del Sur), que destinó 80 000 pesos de plata para su construcción.

La fundación fue promovida por Enrique Enríquez, comendador mayor de la provincia de León de la Orden de Santiago, (tío materno de Fernando el católico y nieto de Fabrique Enríquez y una judía de Guadalcanal apodada la Paloma) y su esposa, María de Luna, en un viaje que realizaron a Guadalcanal en 1489.

En el solar que ocupa la parroquia se levantó la primitiva fortaleza musulmana, de época almohade, de la que sólo ha llegado a nosotros un trozo de muro situado junto a la cabecera del templo y en el que se abre un arco de herradura apuntada encuadrado por alfiz.

La que en sus orígenes fuese una pequeña ermita dedicada a la Veracruz y más tarde, tras su decadencia a finales del XVI y principios del XVII, sirviera como alojamiento a los soldados que estaban de paso, es ahora una de las iglesias barrocas más representativas de la provincia.