La Barranca, los Hornos y la Fuente Salobre

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La Barranca es un espacio en el que la erosión superficial del terreno arcilloso por las aguas de escorrentía ha provocado la aparición de numerosas cárcavas. A esto se ha unido la explotación tradicional de esta zona, de la que durante siglos se ha extraído barro para la elaboración de ladrillos que se cocían en los hornos existentes.

La Barranca es un balcón natural que nos muestra el paisaje de la depresión del Guadiamar. Representa un entorno que conserva, a pesar de la dejadez histórica, una extraordinaria diversidad de ecosistemas y especies. Un lugar digno del que disfrutar.

En la periferia de Albaida, antaño fue una cantera de extracción de arcilla para la fabricación artesanal de ladrillos. Aún hoy podemos encontrar los restos de los antiguos hornos empleados para esta explotación ladrillera.

Los hornos aparecen en documentos de la Edad Media y siglos posteriores. Aunque estudios datan el barro utilizado en los restos arqueológicos tanto de época romana como andalusí encontrados en diversos asentamientos en la zona de influencia de Albaida, se puede afirmar que el utilizado en sus ladrillos se extrajo de La Barranca y probablemente fueron cocidos en estos mismos hornos.

La abundancia de arcilla en la naturaleza y su resistencia e impermeabilidad la convirtieron en un producto muy utilizado en la Antigüedad. No es azar que los hornos estén situados en el entorno de La Barranca, ya que la situación geográfica del alfar estaba relacionada íntimamente con el lugar en el que se obtuviese la materia prima con el objetivo de facilitar su transporte.

En el centro de la Barranca se encuentra la fuente manantial llamada Fuente Salobre, conocida popularmente como El Pilar. Data de época romana, siendo utilizada en nuestros días como abrevadero de animales. De ella parten varios caminos, dos de los cuales llevan al Corredor Verde del Guadiamar. Manantial inagotable de agua potable que surge del subsuelo a través de rocas detríticas, se cree que antiguamente su construcción era más monumental.

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