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Cantillana

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Cantillana, corazón de la Vega del Guadalquivir

Cantillana es un pueblo de arraigadas tradiciones que cautiva desde el primer momento. Un rincón de la vega del Guadalquivir de gran afición taurina, con fiestas propias del sentir de su gente y famoso desde antaño por el enrejado manual de los flecos del mantón de manila. Así que no es extraño ver a las cantillaneras sentadas en sus puertas realizando esta bonita labor artesanal.

Cantillana fue fundada por los turdetanos con el nombre de Llia o Hipalia; los primeros asentamientos se remontan al Neolítico, de cuyo periodo se han encontrado abundantes restos en la zona.

En la época romana fue denominada Naeva, mencionada por Plinio, perteneciendo al municipio romano de Munigua. Instalándose un importante puerto fluvial sobre el Guadalquivir llegó a acuñar moneda propia donde aparece una cabeza de mujer y un sábalo con atributos agrícolas.

Durante el Bajo Imperio romano su nombre cambia, derivándolo de una antigua familia romana denominada Cantillus. En la época árabe continúa la importancia de Cantillana, reaprovechando la antigua muralla romana, denominada catineao catinana, del que deriva su actual denominación.

Constituyó una importante fortaleza en el camino entre Córdoba y Sevilla. Conquistada por Fernando III tras un largo asedio en abril de 1247, en los repartimientos fue cedida a la Orden de Santiago hasta el año 1252, en el que pasa al señorío de la Iglesia de Sevilla.

Los Reyes Católicos le concedieron una carta de privilegio, conservada actualmente en el Ayuntamiento, por su contribución en diferentes ocasiones a los gastos de la corona. El rey Felipe II la vendió en 1574 a los Vicentelos de Leca, condes de Cantillana.

Muchas calles de Cantillana están adornadas con azulejos de las dos advocaciones marianas más veneradas por sus vecinos, la Divina Pastora y la Virgen de la Asunción. Durante los meses de agosto y septiembre se celebran las fiestas en honor a estas dos imágenes religiosas, declaradas de Interés Turístico Nacional.

Además, esta localidad ofrece un paraje natural cargado de contrastes por su proximidad con Sierra Morena. Naturaleza, tradición y fiestas esperan al visitante en el corazón de la vega del Guadalquivir.


Cómo llegar

En coche desde Sevilla puedes ir por la carretera A-8004 en dirección a Brenes. En esta localidad coge la A-462 hasta enlazar con la SE-3101 y a pocos minutos habrás llegado a Cantillana.

Si decides viajar en tren, las líneas de cercanías C1 y C3 desde la Estación de Santa Justa de la capital, hacen parada en Cantillana. Pero también puedes ir en autobús gracias a la línea M-126 del Consorcio de Transporte Metropolitano.


Cómo moverse

La mejor manera de ver Cantillana es paseando por sus calles o haciendo senderismo por su entorno natural. También puedes llevarte tu bicicleta.


Razones para visitar

  • Sube a la zona conocida como El Palacio, donde se ubica la parroquia de la Asunción y goza de unas impresionantes vistas de la Vega del Guadalquivir.

  • Visita algún taller de enrejado de mantones para ver esta joya de la artesanía local.

  • Pasea por las calles céntricas del pueblo, decoradas con azulejos típicos de esta localidad.

  • Si eres aficionado taurino, la plaza de toros de Cantillana te encantará. Tiene más de un siglo de historia. Aquí nacieron los toreros Juan Solís Cantillana, Manolo Espinosa y Manili.

  • No te pierdas las calderetas con carne de caza, las gabardinas o algún plato con el producto estrella de Cantillana, la naranja.

  • Ven en agosto y septiembre para vivir las Fiestas de la Asunción o de la Divina Pastora, declaradas de Interés Turístico Nacional.

Qué visitar

Comienza tu ruta por Cantillana visitando la parroquia de Ntra. Sra. de la Asunción, del siglo XVI. Está ubicada en la zona conocida como El Palacio, en la que disfrutarás de unas hermosas vistas de la Vega del Guadalquivir.

En el interior de la iglesia encontrarás las dos imágenes más veneradas por los cantillaneros, la titular del templo, la Virgen de la Asunción y la Divina Pastora. Las fiestas de estas dos representaciones marianas, en agosto y septiembre, son todo un acontecimiento para el pueblo. Adosado verás lo poco que queda del Antiguo Hospital de los Santos, convertido en zona de exposiciones.

Continúa paseando por la zona hasta llegar a la Cuesta del Reloj, llamada así por alzarse en ella la Torre del Reloj, símbolo de la localidad. Está levantada sobre los restos de la muralla árabe, de ahí su valor histórico. Cerca de aquí tienes la Plaza de la Alameda, en la que puedes apreciar algunos vestigios romanos como piedras de molino y esculturas.

Ahora dirígete a la Plaza de la Misericordia y entra en la ermita del Dulce Nombre. Es un edificio pequeño pero muy hermoso que sirvió de hospital. Alberga la imagen de la Virgen de Belén, el Niño Jesús, una pintura de la Virgen de la Misericordia y algunos exvotos.

Sigue paseando por las calles de Cantillana y acaba en la Plaza del Llano, donde puedes contemplar otro de sus edificios religiosos, la ermita de San Bartolomé, del siglo XIV. Y a ocho minutos de esta zona tienes la ermita de la Soledad. Ambos monumentos merecen una visita.

Para terminar, anímate a hacer senderismo y llegar a la ermita de la Divina Pastora. Tan solo es un kilómetro de distancia, a las afueras del pueblo, y te llevará unos 20 minutos a pie (seis minutos en coche). Te encantará el paisaje.


Entorno

Cantillana dista 36 km de Sevilla y está ubicada en la comarca turística Guadalquivir-Doñana. En sus inmediaciones se sitúa el río Viar, afluente del Guadalquivir. En el norte, linda con las estribaciones de Sierra Morena, lo que le confiere un hermoso paisaje de contrastes.

Comarca
Guadalquivir-Doñana
Extensión
107.70 Km²
Altitud
25.00 m
Nº habitantes
10.661
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