Romería

Cultura

Arte, sentimiento y tradición

Café cantante flamenco, Sevilla S. XIX

 

Historia del Flamenco

El flamenco puede tener su origen en la España árabe, pues las modulaciones y melismas que definen al género flamenco pueden provenir de los cantos monocordes islámicos. Hay también quien atribuye la creación de esta música a los gitanos, un pueblo procedente de la India (hasta hace relativamente poco se creía que eran egipcios) y desperdigado, por su condición de errante, por toda Europa. En España entraron a principios del siglo XV.

Tampoco se pueden olvidar los diferentes legados musicales que dejaron los deudos andaluces en el sur de España, donde habían tenido vigencia las melodías salmodiales y el sistema musical judío, los modos jónico y frigio inspirados en el canto bizantino, los antiguos sistemas musicales hindúes, los cantos musulmanes y las canciones populares mozárabes, de donde probablemente proceden las jarchas y las zambras. Es el resultado, por tanto, de la mezcla de todas estas razas y culturas, pero siempre desde el origen popular. El flamenco nace del propio pueblo, tiene una clara raíz folclórica y en la provincia de Sevilla ha dado grandes artistas a lo largo de su historia.

En cuanto al término Flamenco, existen múltiples teorías, aunque quizás la más difundida es la defendida por Blas Infante en su libro Orígenes de lo flamenco. Según el padre de la autonomía andaluza, la palabra «flamenco» deriva de los términos árabes Felah-Mengus, que juntos significan «campesino errante». Otra teoría sostiene que el término viene de Flandes, ya que se pensaba que los gitanos pudieran ser de procedencia flamenca.
 
Andalucía es el origen y centro de la producción flamenca y Sevilla cobra, dentro de ella, un protagonismo especial de la mano de personajes históricos como Tío Luis de la Juliana, el Planeta, el Fillo, Paco la Luz, entre otros. En el siglo XIX el flamenco llega a los cafés y tabernas y empiezan a surgir los personajes populares dentro de este arte marginado y popular.

Sevilla ha dado a la historia del Flamenco, además de grandes figuras del cante, el baile y el toque, la soleá de Alcalá de Guadaíra, nacida en las cuevas al pie del Castillo y las sevillanas, que se pueden considerar un cante aflamencado que se baila.

El siglo XX es el de la consolidación y profesionalización de este estilo musical, con grandes maestros como Manolo Caracol, la Niña de los Peines, el Niño de Marchena, Juan Talega, Manuel Torres, Arturo y Tomás Pavón. Todos ellos desempeñarán un papel importante en la historia de este género e inspirarán a futuras generaciones.

A finales de la década de los 90 y durante toda la siguiente, la fonográfica Nuevos Medios lanzó a muchos músicos bajo la etiqueta Nuevo Flamenco. Esta denominación ha agrupado a artistas muy distintos entre sí, intérpretes de flamenco orquestado, músicos de rock, pop o música cubana. Hoy el flamenco es una de las grandes músicas populares del mundo, con capacidad de influir en muchas otras músicas y en grandes artistas contemporáneos. En 2010 la UNESCO reconoció al Flamenco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

Fotografía: Café cantante. Emilio Beauchy, Sevilla 1888